Y ahora tiro yo, porque me toca.

Mirando al futuro maté al presente, pero eso ya es pasado y el presente resucito en forma de felicidad y comodidad, esa comodidad que siempre anhelamos desde la primera grieta de nuestro corazón, pero eso ya es pasado y con cada instante el pasado desaparece para darle lugar a nuestro presente, un presente lleno de alegría, un presente que ya maduro y tiene la necesidad de transformase en vida plena, porque pase de morir a cada segundo a vivir plenamente en paz, tranquilidad y armonía conmigo mismo, para poder ver y sentir, que la vida te sorprende a cada instante, que felicidad es compartida y generada por uno mismo, con sacrificios y otros condimentos que si hoy te los cuento perderían el sabor de lo inesperado.
Lo inesperado como tal lo dice la palabra, es un segundo en que todo cambia, que un clic (metafóricamente hablando, o no), puede cambiar tu semana, tu mes y hasta tu vida
para bien o para mal, pero el cambio es así, permanente y único, como vos mi vida.
Por eso mismo hoy escribo otra vez, desde otro lugar, desde lo mas alto de mi ser diciéndome gracias por ser como soy.