martes, 21 de junio de 2011

No fue el chancho, fui yo.

Otra vez entraste en mis sueños y me mordiste cuando te acariciaba
Pero cuando abrazo un cordero gritas como si ya no hubiese nada
Otra vez viniste de madrugada a molestarme porque el no te registraba
a reírte sin querer de mis manos desbastadas que esperan tu llegada

Otra vez corriste agitando la espada que penetra mi cara coagulada
Clavandola hasta el fondo con el peso de mis ojos en tu alma
Otra vez gaste mi poesía en la nada misma que ya no vale nada
Usando al corazón como la goma de la tinta hoy despechada

Otra vez mis lagrimas cubren las carencias de mi almohada
Que sueña pesadillas y traiciona a mi locura que ya no tiene gracia
Otra vez le di brasas húmedas a nuestra salamandra de esperanzas
Quemando dignidades que me devuelven a tu casa como si eso me gustara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario